Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

Para decir únicamente que si un Sr. Diputado hubiera dicho aquí lo que dice La Regencia, me habría levantado a contestar tan enérgicamente como a S.S.; pero yo no puedo hacer eso con todos los periódicos. Por lo demás, prometo al Sr. Romero Robledo que en cuanto vea a alguno de los redactores de La Regencia, a quienes no conozco, le voy a pronunciar un discurso mucho más enérgico que el que he pronunciado a S.S. (Risas).

Yo quiero que el Sr. Romero Robledo se convenza de una cosa. Su señoría nos ha hablado de lo sucedido hace bastantes días, allá cunado empezó a contarse una historia de intrigas y misterios. Aquellos rumores habían desaparecido, y S.S. los ha renovado; habían quedado desmentidos, habían desaparecido, y su señoría los ha resucitado con la pregunta del otro día. Por esto, como los periódicos no publican más que lo de oportunidad, por la cuenta que les tiene, y como esos rumores habían ya desaparecido, estoy seguro de que El Liberal no hubiera publicado el artículo a que se refiere S.S., ni salido con esa fábula que S.S. llama historia, si S.S. mismo no hubiera recogido esos rumores, dándoles la importancia que tiene todo lo que aquí se dice, y mucho más cuando se dice por una persona de la importancia de S.S. De ahí que el Sr. Romero Robledo haya dado oportunidad a una cosa que ya la había perdido; de ahí la renovación de esa historia y de esos misterios, y de ahí que S.S. sea responsable de todo esto. No tengo más que decir. [1207]